¿Qué es la mutilación genital femenina?
La mutilación genital femenina (MGF) es una práctica que se lleva a cabo en niñas y mujeres para lesionar sus órganos genitales, sin ningún tipo de justificación médica. Este procedimiento implica la extirpación de sus genitales externos y está declarada como una violación de los derechos humanos de mujeres y niñas, por sus graves consecuencias.
La MGF se practica en las áreas occidentales, nororientales y orientales de África, así como en distintas zonas de Asia y Oriente Medio. Según la OMS, actualmente más de 200 millones de mujeres han sufrido esta violación.
¿Por qué se realiza la MGF?
Las razones de la MGF en ningún caso son médicas, sino motivos culturales que cambian en función de la región. Sin embargo, suelen atender a las mismas falsas creencias. Por un lado, las comunidades llevan sometiendo a las niñas a esta práctica desde hace siglos. El miedo al rechazo social provoca que continúen la mutilación y en muchas ocasiones, la MGF se considera un paso vital en la conversión de niña a mujer adulta, preparada para el matrimonio.
Otras sociedades creen que la MGF consigue que sus mujeres sean fieles y lleguen vírgenes al matrimonio. Uno de los tipos de mutilación es la sellación de la abertura vaginal, la comunidad cree que el dolor que les provocaría su apertura impide que mantengan relaciones fuera del matrimonio. En otros contextos, también se cree que la MGF facilita encontrar marido.
El factor religioso también es una de las razones por las que continua esta práctica.
Consecuencias
La MGT tiene todo tipo de consecuencias que afectan a la salud de las mujeres, desde un dolor intenso hasta hemorragias e infecciones debido al violento procedimiento. En los casos más graves, la MGT puede derivar en la muerte de la niña o la mujer.
Económicamente, también supone un gran coste en los países que se mantiene la práctica. La OMS realizó un estudio en el que calculó que el gasto médico para tratar las complicaciones es de 1.400 millones de dólares por año.
La educación como clave en la solución
La educación de las comunidades es clave para el abandono de esta práctica tan dañina para mujeres y niñas. Ayúdanos en nuestros proyectos educativos para conseguirlo.